“Piedra, papel o tijeras” . Ese juego que nos evitaba ir por las tortillas, bajar a obscuras a la cocina, traerle las pinzas a nuestro padre o bien nos daba el privilegio de ir sentado a un lado de la ventanilla del coche o en el asiento de adelante, recibir el boleto sobrante para ese clásico de futbol, escoger primero un regalo, etc. Un juego que siempre jugábamos contra otras personas, porque no podíamos ponernos de acuerdo.
Para el 2014 tenemos este juego más intenso que se llama «Disciplina,Cilicio ó Amores» . Un juego que les propongo jugar para recibir el año nuevo y cada día que se nos presente por el resto de nuestras vidas y que jugaremos contra nosotros mismos, únicamente.
Si sale “la disciplina” estamos escogiendo castigar y mortificar el cuerpo por todo lo que hemos hecho en el pasado, como si éste no pudiera cambiarse, como si encontráramos un extraño gozo en flagelarnos. Como si el remachar una y otra vez lograra cambiar las cosas cuando en verdad solo nos paraliza.
O elegimos tomar el cilicio de manera permanente para llevarlo alrededor del alma y apretar cuando la vida nos otorgue gozo ó alegría, porque nos enseñaron que “a ésta vida se viene a sufrir” y nos hicieron creer que la felicidad no existe, no la merecemos o de plano hasta a tenerle miedo.
O tomar los amores y dejar atrás lo que ya fue, lo que no fue y cantarle al pasado la frase de ese famoso bolero ….”Te vas porque yo quiero que te vayaaaas” y dejar ir, despedir todo aquello que nos daña, soltar, deshacernos de todos esos apegos que sólo nos causan ansiedad y mal vivir. No quiere decir que no recordemos a quienes se fueron, que no llegue a nuestra mente lo que no fue y aquello en lo que erramos. Quiere decir permitir que lleguen pero de otra manera esas emociones. Se valen las lágrimas, la tristeza y el enojo pero sin escoger la discplina y el silicio para recalcar una y otra vez lo que nos provocó esos sentimientos, sino para optar por tomar el amor para recordar con cariño a quienes no están y lo maravilloso que fue tenerlos en nuestras vidas, para cambiar el rumbo y no volvernos a equivocar, para perdonar. Nuestras decisiones presentan dicotomías de las que podemos escoger la más positiva, la que menos dolor nos inflija y recordarles que el José José cuando nos cantaba “Lo que no fueee no seráaaa” nos mentía, porque lo que no fue puede ser pero de otra manera, cuando decidamos ver que las cosas tienen otro camino y no nos empecinemos en agarrar el empedrado.
Escoger cada mañana jugar con los amores y agradecer despertar sintiendo lo que es la vida misma en cada milímetro de nuestro ser, con las personas que amamos a nuestro lado y apartando a quienes no tienen cabida en nuestro juego. Simplemente estar en gratitud con lo que somos y con quien estamos.
Optemos este 2014 por el amor para hacer las cosas con toda la pasión, para escoger el camino sin violencia y enojos, para dejar ir el recelo, la envidia, y la venganza.
Yo quiero que mis amores crezcan en el 2014 y deseo para quien me lee lo mismo, que su vida esté llena de amor para actuar y así irradiar esta energía a todos los que aman. Dejemos de mortificar a nuestro cuerpo y alma para iniciar una interminable cadena de amores.
Yo me pondré en el corazón lo que mi ahijado se tatuó en el brazo: «El pasado no existe, el futuro es incierto» y recordaré que sólo el hoy cuenta.
Pizcas de Vida 