Maniobra de Heimlich para desayunar!!!

Mi abuela me decía cuando comenzaba a hacer gestos:  “Mijita, un día de estos te va a dar un aire y te vas a quedar así”  y por momentos lograba asustarme pero al ratito andaba haciendo muecas de nuevo. Hoy realmente me preocupé de poder quedarme con la cara que hice mientras leía el artículo “Crisis heredada” de Manuel J. Jauregui en el Reforma, donde relata el paquetito que recibió Paco Rojas en la CFE.

Es sabido que a muchos les llega la inspiración después de un evento que los sacude, en aquellos extremos de las emociones , y este fue el caso que me sacudió ocasionando que la tortita de avena y claras que me desayunaba para bajar el colesterol, se quedara atorada a medio camino y que no pude ayudar a pasar ya que el vasito con leche búlgara que tenía a la mano no era del todo recomendable para hacerlo.

Mientras leía con la cara cada vez más retorcida, recordé a mi padre que durante muchos años veía con suerte en el desayuno y en las cenas entre semana ya que entre las horas que le tomaba llegar a su trabajo más el tiempo que le dedicaba a la empresa, no era fácil encontrarlo en casa, ese era un privilegio del fin de semana. Todo ese tiempo fue un hombre que estuvo al corriente de sus impuestos, cotizando en el IMSS, pagando el ISR, trabajando horas extras para demostrar que tenía puesta la camiseta, haciendo sus declaraciones anuales y ahorrando para tener una vejez digna, y cuando a los 54 años fue intervenido del corazón, su carrera laboral se vio truncada y aunque siguió trabajando un tiempo terminó con una pensión del IMSS de $4,000 mensuales cuyos ajustes ni siquiera alcanzaban para compensar las tasas de inflación. Pudo heredarle a mamá esta pensión  y  algo de dinero gracias a su buena administración y esfuerzo pero con mucho sacrificio. Y hoy, hoy leo que la CFE arroja 35.5 mil millones de pesos en pérdidas durante el primer semestre, que este monopolio gubernamental sigue manteniendo a un sindicato que jubila a sus empleados a los 50 años de edad en pleno goce de salud y facultades con el 100% de su sueldo mas incrementos anuales, que les sigue regalando la luz a ellos y a sus familiares, algo que según cálculos de expertos asciende a 40 mil millones de pesos de regalitos, y esto es solamente un pedazo de sus cargas. No es justo y se me atraganta la comida y del tafirul ni hablamos, porque parece que en este país  a el que realmente trabaja y es un buen ciudadano el gobierno lo castiga y al que vive colgado de un diablito, al que no paga impuestos, al que tiene negocios informales, al que se subsidia, al que trabaja  a medias cachas, a ellos se les premia.

Los sindicatos dejaron de cumplir sus objetivos para convertirse en proveedores de lideres corruptos y su distinguida parentela y el trabajador pasó a ser un número para llenar la bolsa con la que negociar beneficios y posiciones con el gobierno. Como no tener seguidores que vociferan defendiendo el petróleo, la luz y otras cosas porque son propiedad de la nación, una nación que se enfoca en quien no aporta, en quien no hace, que son arcas para saciar la sed de ambición de ladrones. Tenemos que seguir pagando las carreteras de cuota, la luz, la gasolina más cara del mundo entre otras cosas, eso es ser nacionalista, eso es lo que nos venden, eso es lo que le conviene a una bola de rateros y a una bola de zánganos. Quitarles su minita amerita marchas, plantones, gritos. No se vale!!!

Al señor Francisco Rojas Gutiérrez le recomiendo enviar a sus familiares cercanos y escoltas a tomar un curso de la maniobra de Heimlich, ya que la probabilidad de que se le atore el tlacoyo, la crepa o lo que de desayune, mientras lee los informes de la paraestatal que dirige, es muy alta!!